El
sistema nervioso debe determinar cuál es la emoción adecuada en cada caso. Esto
lo realiza, al menos en parte, una estructura llamada amígdala cerebral.
Se halla
en el centro del cerebro, encima del hipotálamo y separado de éste por el surco
hipotalámico de Monro.
Las emociones resultan de la actividad del
sistema nervioso, al igual que los movimientos voluntarios. Las emociones
proporcionan el “color” al comportamiento, y son necesarias para la
supervivencia del individuo, por ejemplo la rabia o la agresividad permite al
sujeto enfrentarse con un enemigo, o si el sistema nervioso juzga que el
enemigo es demasiado peligroso sustituye la rabia por miedo para que se pueda
escapar de él.
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